El back de Ellerstina advierte que la gente está
aburriéndose con su deporte y propone ideas para mejorarlo.
Facundo Pieres es, además de uno de los dos mejores polistas del planeta, uno de los más pensantes fuera de la cancha. Pasó más de un mes desde que perdió otra final del Argentino Abierto a manos de La Dolfina y, entre sus viajes a Trenque Lauquen (campo de Ellerstina), Bariloche (allí festejó su 60º cumpleaños Gonzalo, su padre), Uruguay (vacaciones) y Palm Beach (comienzo del circuito mundial), tuvo tiempo para reflexionar. Mucho más allá de ese resultado, el back de Ellerstina analiza todo: desde el clásico con Adolfo Cambiasso y compañía hasta el futuro del polo como deporte.
Facundo Pieres es, además de uno de los dos mejores polistas del planeta, uno de los más pensantes fuera de la cancha. Pasó más de un mes desde que perdió otra final del Argentino Abierto a manos de La Dolfina y, entre sus viajes a Trenque Lauquen (campo de Ellerstina), Bariloche (allí festejó su 60º cumpleaños Gonzalo, su padre), Uruguay (vacaciones) y Palm Beach (comienzo del circuito mundial), tuvo tiempo para reflexionar. Mucho más allá de ese resultado, el back de Ellerstina analiza todo: desde el clásico con Adolfo Cambiasso y compañía hasta el futuro del polo como deporte.
-Pasó más de un mes
desde la final de Palermo. ¿Qué te dejó?
-La temporada fue buena. Sabíamos, cuando armamos el equipo,
que La Dolfina iba a estar en su mejor momento, jugando bien desde hacía cinco
años, y que nosotros teníamos novedades: por el ingreso de Polito [su primo
Pablo] al equipo y por el cambio de posiciones. Y eso lleva tiempo; no se puede
ganar de un día al otro. La Dolfina es uno de los mejores equipos de la
historia. Estar cerca nos muestra que vamos por el buen camino. No era la idea
ganar en el primer año.
-¿Qué sensaciones
tuviste tras las derrotas ante el archirrival?
-La de Hurlingham fue la más dura; merecíamos ganar, sin
dudas. Venían enfocados con la Triple Corona, si les ganábamos ahí les
cortábamos la racha y eso iba a ser un golpe anímico para ellos. Era clave
ganarles. En Palermo ellos merecieron ganar, nos dominaron en los primeros seis
chukkers y después tuvimos nuestras chances cuando todo parecía liquidado.
-Por segundo año
seguido dirigió la final un extranjero [el neozelandés Julian Appleby]. ¿Qué te
pareció esa designación?
-No estoy en contra de que vengan extranjeros. Sólo creo que
no pueden decidirlo a última hora, elegir a un inglés porque abuchean a los
otros. Pienso que deben elegir a ocho o diez referís para que sean los mejores
y los mejor pagos y que dirijan sólo los torneos más importantes del planeta.
Eso nos haría conocernos más entre todos. No puede ser que antes de la final de
Palermo el referí dirija un partido de 12 goles. Sin embargo, creo que en 2015
mejoraron mucho; dejaron jugar mucho más.
-¿Por qué te parece
importante eso en el referato?
-Porque los tipos deben estar 100% concentrados, y ser
premiados cuando dirigen bien y castigados cuando dirigen mal. Simplificar las
reglas los ayudaría. Es difícil encontrar referís nuevos, porque no es el
laburo más fácil. Pero hay que manejarlos mucho mejor. Adelantaríamos mucho.
-¿Y cómo ves al polo
en general?
-El polo necesita muy urgentemente cambios drásticos. Buscar
reglas para que la gente lo entienda más, para que los partidos no sean largos,
para mejorar el espectáculo. Tiene que haber más gente mirando, más televisión,
más auspiciantes. Y más patrones. En un partido hay mucho más tiempo con la
bocha fuera de juego que en juego, por ejemplo. La gente se aburre. El tiempo
entre descansos debe ser más corto, y el suplente debe estar listo para entrar.
Se podría, después de cada gol, hacer un saque de arco, y que el tiempo entre
saques fuera monitoreado por reloj. Lograr que haya menos fouls, que el juego
sea más divertido. Son reglas de las que venimos hablando desde hace bastante y
hasta ahora nadie las puso. Hay que cambiar urgentemente el sistema de hándicaps:
son corruptos en todos lados. Es un tema de los más importantes y
controvertidos. Palermo debe ser un espectáculo más grande, y hay que
prestigiar la copa Cámara y la clasificación. Hay que manejar mejor al deporte.
-¿Por qué no ocurre?
-El polo cambió mucho y hay que adaptarse, animarse a los
cambios y manejarlo más como a una empresa. Con el Argentino, los dirigentes
tienen algo único en las manos y no están aprovechándolo. Los partidos no
pueden durar dos horas y media; deben ser más dinámicos. La gente no entiende
las reglas, que tienen que ser más fáciles para el espectador. Que el polo sea
más lindo, para que la gente lo disfrute. Más de 50% de las veces la gente se
va de la cancha molesta por cómo fue el partido. No puede pasar. En un 80 o 90%
de los partidos la gente debe irse contenta.
-¿Quién debe llevar
adelante el cambio?
-Las asociaciones de polo, sobre todo la argentina.
Argentina tiene el poder porque su polo es el mejor del mundo, y debe
aprovecharlo. Debe juntarse con las de Estados Unidos e Inglaterra. Y sumar
otra gente, más joven. Yo, como jugador, doy mi opinión y asisto a reuniones,
pero mi cabeza debe estar en jugar. No puedo sacrificar tiempo, porque estoy
compitiendo, y si me relajo, doy ventaja. No puedo poner la cabeza en esto.
Estoy a disposición, pero ya corrí la bola. Hacía falta que alguien saltara y
dijera la verdad.
-¿Qué repercusiones
tuviste?
-Bastante más que las que esperaba. En Estados Unidos
unificaron algunas normas; es importante que exista el mismo reglamento en
todos lados. No hablé todavía con Adolfito [Cambiaso], pero tengo pensado
hacerlo. Eso sí: nosotros podemos dar nuestra opinión, pero no ocuparnos del tema.
Que nos escuchen, sí, pero lo que hace falta es que ejecuten.
-¿Y qué solución ves
para que haya más patrones?
-Volver a prestigiar torneos, para que los equipos quieran
jugar al polo. Que no estén todos calientes por no ganar el mejor torneo de la temporada.
Que todas las copas sean importantes. Volver a disfrutar un día de polo con
amigos y juntarse después del partido, como era antes. Hoy es todo muy
profesional, muy competitivo. Hay que cambiar el trato con los patrones, estar
más con ellos. Y otra cosa: la asociación debe bancar más a los argentinos en
el exterior. En Inglaterra hay cada vez más normas contra los argentinos, están
cortándoles las patas. Mientras, en Argentina hay cada vez más extranjeros. Y
está bien que los haya, perfecto. Pero también debería pasar al revés. La
asociación debe salir a bancarlos más.
-¿Qué expectativa
tenés para 2016 en lo deportivo?
-Tener revancha y ganar títulos acá. Desde que se armó el
equipo [con Nicolás, el hermano menor, en 2011] sabíamos que estábamos abajo de
La Dolfina. Le ganamos en 2012 pero mejoró mucho, sobre todo desde que llegó
Milo [Fernández Araujo], y hoy está arriba de nosotros. Pero creo que la
diferencia se achicó mucho en los últimos años.
-¿Te gustaría
mantener esta formación a largo plazo?
-Nunca se sabe, todo puede cambiar. Pero cuando armamos el
equipo la idea era que los cuatro Pieres jugáramos juntos mucho tiempo.
-Fue tu primera
temporada como back. ¿Te adaptaste al puesto?
-Creo que fui de menor a mayor. Palermo fue cuando más
cómodo me sentí: cambié mi manera de jugar y empecé a ver los partidos desde
atrás. Tuve que pensar en defender y no en atacar, cambiando mi mentalidad,
porque soy delantero y me sale naturalmente ir adelante.
-Hubo cambios en los
equipos. ¿Qué te parece la vuelta del cuarteto de Novillo Astrada?
-Era lo que la gente del polo deseaba después de la dolorosa
pérdida de Javier. Creo que es lo mejor para ellos. Uno disfruta más las cosas
hechas en familia. No hay que dejar pasar la oportunidad de hacer cosas con
familiares y amigos. Además, no veo que los otros equipos que podrían haber
armado hubieran sido mejores que ellos cuatro juntos. Son hermanos, y esa
química es más fuerte que cualquier otra cosa.
-Alegría ahora
contará con dos jugadores de 10 goles...
-Va a ser muy duro. Sapo [Guillermo Caset] e Hilario [Ulloa]
vienen en ascenso. El público y también nosotros pedimos equipos más
competitivos. Está bueno jugar contra rivales que obligan, que hacen jugar
mejor a uno. Nuestras mejores actuaciones se dan cuando entramos con miedo,
sabiendo que podemos perder, y eso pasará con Alegría.
-Se habló de un
posible retiro de Cambiasso. ¿Qué sentiste?
-Obviamente, quería que no se retirara. Es mejor para todos
que siga. Y en lo personal quiero una revancha, me quedé con ganas. Quiero que
sigan los cuatro juntos. Lo que más quiero es ganarle a La Dolfina completo. En
eso voy a pensar durante todo el año.
Fuente: CanchaLlena.
Fuente: CanchaLlena.
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