Durante los
90 minutos de un partido de fútbol, el sueco Zlatan Ibrahimovic hace decenas de
amagues y otros movimientos sutiles destinados a liberarse de sus
contendientes. Cada movimiento lo obliga a acelerar y desacelerar su cuerpo de
95 kilos, hacia adelante y hacia atrás, a izquierda y derecha. Cada esfuerzo le
cobra un precio a su cuerpo que Paul Balsom, director de rendimiento del
seleccionado nacional de Suecia, no es capaz de cuantificar.
"La
realidad es que los movimientos de un jugador de fútbol son esos", dijo
Balsom, responsable de mantener a Ibrahimovic en la cancha y lejos de
kinesiología. "Nos falta información."
Pero muy
pronto Balsom y muchos otros deportólogos tendrán la información que tanto
esperaban. El 7 de julio, a través de un memorándum, la FIFA anunció la
aprobación del uso de sistemas portátiles de monitoreo de rendimiento durante
los partidos. La aprobación de la FIFA llegó dos meses después de que la F.A.
Board Internacional modificara su reglamentación para permitir el uso de esos
dispositivos, llamados EPTS, a condición de que no pusieran en riesgo a
seguridad del jugador y de que la información no fuese transmitida a los
entrenadores durante los partidos. (El medio tiempo es otro cantar: "Lo
que cada equipo hace en su vestuario es asunto suyo", dijo Lukas Brud,
secretario de la F.A.)
Ahora que
los clubes y equipos de todo el mundo están cada vez más interesados en los
datos y las estadísticas avanzadas, esa nueva normativa podría tener amplios
efectos en el fútbol internacional. Actualmente, la información sobre la
distancia recorrida y la fuerza total de trabajo utilizada ya influye de manera
determinante en los métodos de entrenamiento, la cotización de los jugadores,
la alineación de los equipos y hasta los reemplazos. (Con su anuncio, que
también prohíbe vender e incluso compartir esa información con terceros, la
FIFA parece reconocer el valor de esa información.)
Previamente,
los jugadores podían llevar estos dispositivos sobre el cuerpo durante los entrenamiento,
pero durante los partidos sólo podían utilizarse la información de los sistemas
de monitoreo con cámaras de los propios estadios. Esos sistemas de
reconocimiento óptico suministraban información que incluía la ubicación del
jugador, su velocidad y la distancia recorrida, pero la frecuencia del muestreo
y el proceso de filtrado de los números impedía la recolección de datos más
finos o su entrecruzamiento con los datos reunidos por sistemas diferentes para
armar un cuadro más detallado y completo.
Estos
sistemas portátiles de monitoreo incluyen acelerómetros y giróscopos, además de
un GPS, que hacen todo lo que un sistemas óptico, pero con el añadido de
proveer información sobre metabolismo, saltos, aceleraciones y mucho más. La
posibilidad de hacer todo eso en tiempo real o de evaluar el rendimiento de un
jugador durante cualquier exigencia, desde un entrenamiento de una hora, un
partido de 90 minutos o un campeonato completo, podría ser invaluable.
"Dentro
de nuestros análisis, lo que sucedía durante el partido era el gran agujero
negro, y es esa falta de datos la que ahora viene a completarse", dijo
Jeff Agoos, vicepresidente de competencias de Major League Soccer.
Un pequeño
grupo de equipos ya han empezados a implementar esta tecnología. Hasta las
autoridades de cada respectiva asociación del fútbol, liga o torneo voten la
aprobación o no de esta tecnología durante los partidos, siete equipos de la
reciente Copa del Mundo de fútbol femenino ?incluido el ganador, de Estados
Unidos? ya contaban con la aprobación para usar esos dispositivos desde antes
del torneo.
El
dispositivo se coloca en la parte superior de la espalda y se mantiene en su
lugar por compresión de una prenda elástica que se parece bastante a un corpiño
deportivo y que se usa debajo de la camiseta. Cuando el seleccionado alemán
ganó la Copa del Mundo 2014, utilizó un sistema desarrollado por Adidas.
Otras dos
compañías líderes del sector son Catapult y GPSports, ambas australianas.
Catapult tiene contratos con cerca de 100 equipos de fútbol de todo el mundo,
desde equipos universitarios y amateurs hasta seleccionados nacionales como los
de Estados Unidos y Brasil, mientras que entre los clientes de GPSports se
cuentan el Chelsea, el Bayern Munich y el Real Madrid.
La nueva
regulación de la F.A. abre la puerta para la adopción más generalizada de esta
tecnología, pero hasta el momento, hasta las ligas más innovadoras han
manifestado su cautela.
"Podríamos
aplicarlos fuera de temporada, pero las cosas están avanzando muy rápidamente",
dijo Will Kuntz, director de competencias y relaciones con los jugadores de
MLS, que previamente se había mostrado muy dispuesto a encabezar las
innovaciones tecnológicas en el fútbol.
El nuevo
acuerdo colectivo de la liga sí preveía que la liga aprobara el uso de
dispositivos individuales tras consultas con los sindicatos de jugadores, pero
el tema de que los equipos les exijan a los jugadores el uso de esta tecnología
durante los partidos es un asunto aparte. Si bien Tenney dice que en el Seattle
se usan en un 95 por ciento durante los entrenamientos, también anticipó que
sería más difícil convencer a los jugadores de utilizar los dispositivos
durante los partidos.
Y además,
los dispositivos no son a prueba de errores. Los dispositivos basados en GPS
como el Adidas miCoach y el Catapult basado en GNSS (para sistemas de
navegación global satelital) dependen de los satélites para la recolección de
datos. En estadios cubiertos o semicubiertos, los dispositivos individuales
podrían tener problemas de señal.
Catapult
dijo estar desarrollando un sistema de posicionamiento local que utiliza
tecnología de identificación de radiofrecuencia y puntos de conexión internos
del estadio para evitar esos problemas, pero el costo de instalación es de
alrededor de 50.000 dólares. Barry McNeill, director ejecutivo de la empresa
para Europa, Medio Oriente y África, dijo que mientras que el GPS tenía una
exactitud de casi 20 centímetros, los sistemas de posicionamiento locales daban
un margen de error mucho menor, de hasta 5 centímetros.
Finalmente,
en un ambiente deportivo donde cualquier información puede convertirse en una
ventaja competitiva, siempre existe la inquietud de que equipos rivales
intenten robarse esos datos. Pero para muchos deportólogos, incluido Balso, eso
no debería ser una preocupación. Además de su trabajo con el seleccionado
sueco, Balsom trabaja para el Leicester City de la Liga inglesa, y dijo que
aunque algunos de los principales equipos de esa liga protegen mucho los datos
que recaudan: "No se me ocurre de qué podrían servirles nuestros
datos".
"En el
Leicester tenemos una política de puertas abiertas", dijo Balsom.
"Compartimos toda la información, porque al hacerlo, la gente puede
analizarla y venir a preguntarnos si pensamos en tal o cual aspecto".
MLS va más
allá, y le da acceso a cada uno de sus equipos de toda la información,
anonimizada, de todos los demás integrantes de la liga. Por el momento, eso
incluye solo datos ópticos, pero el agregado de información reunida durante los
partidos por sistemas portátiles iguales a los usados durante los
entrenamientos aumentará las posibilidades de contar con importantes pistas
sobre el rendimiento de los jugadores.
"Esto
nos ha permitido tomar en cuenta un millón de variables nuevas", dijo
Kuntz. "Tal vez descubramos que la mayoría de esa información no tiene
correlato alguno con el éxito o el fracaso, pero alcanzaría con que uno sólo de
esos datos sea relevante para que todo se vuelva más interesante".
Fuente: Cancha Llena.
Fuente: Cancha Llena.